Con diez años acabados de cumplir es la única niña del territorio que toca el cajón de música española.
La Guerrero Soto tiene oídos para todo. Empezó por el baile, pero un día se le encendió un “bombillito” y se dijo: “¡ay!, a mí lo que me gusta es la música”, y Rafael Silverio López le hizo las pruebas de aptitud de las palmadas y la afinación. La incorporó al taller de apreciación que imparte en la Casa de Cultura Ignacio Agramonte, en la Plaza de los Trabajadores de la ciudad capital, y luego al grupo de creación.
Ésa es la función del instructor de Arte. A Shakira le encanta tocar para que la gente baile. Para lograr las vibraciones de su instrumento lo cubre con sus pies; claro, con una buena digitación busca los sonidos agudos arriba y los grandes en el medio. Ya casi no se le ponen rojas las manos porque cada vez combina mejor. Nadie puede evitar los cayos; con la técnica salen menos, pero la dureza es necesaria.
“Las manos me las tengo que cuidar mucho. A veces me salen cayitos como a los muchachos de las cuerdas, pero cuando pongo las manos planas no se me hacen tanto. Voy cogiendo agilidad, cuando termino de tocar las siento un poquito carrasposas, pero a los cinco minutos ya estoy bien”.
El Cajón
La niña vio por primera vez ese instrumento en la televisión y lo identifica como parte sustancial del arte flamenco, aunque no como fundador porque es autóctono de Perú.
Allá la ubicación del orificio acústico varía de acuerdo con el tamaño. Por lo general lo confeccionan sólo con madera, aunque algunos presentan cueros. Paco de Lucía figura como un vanguardista del flamenco. Junto a otros contemporáneos revolucionó la especialidad desde aquella gira internacional por América del Sur en los ‘80 del pasado siglo.
Con la ayuda de especialistas fue cambiando los timbres y las características originales, al punto que en la actualidad posee cuerdas, cascabeles y se afina. “Establece un diálogo complementario, indica Nelson Alejo Quintero, director general de la compañía camagüeyana Andarte, seguidora de esa poética.
Surgen preguntas y respuestas entre la percusión y el taconeo, en ocasiones integradas con algunas descargas danzarias que producen polirritmia. Realmente la caja es un instrumento de acompañamiento. El flamenco, por encima de todo, parte del cante, la guitarra y las palmas”.
El mundo reconoce el flamenquismo, además, como el fenómeno que trasluce las costumbres gitanas, la tauromaquia o afición a los toros, y otros elementos de la cultura popular andaluza y de sitios de España y Europa.
Durante el transcurso de la historia conoció a defensores y detractores. El origen pagano causó el rechazo de la intelectualidad que lo culpó por los males de la nación y del atraso económico y social. Con esas opiniones intentaron esconder la frustración de un país derrotado en 1898. Luego asistiría a un proceso de dignificación y expansión a distintas latitudes.
Shakira siente una atracción poderosa por el cajón. Cuando el profesor le enseña un toque, lo ejercita y si sale, hace varios. “El sonido de la caja lo siento entre la fusión de lo español y lo cubano”; por eso en las presentaciones fusiona bulería, seguidilla, tanguillo, son, elementos afrocubanos… el público disfruta la polirritmia y responde a los pedidos con aplausos. La artista establece una magnífica relación con el auditorio.
Sus compañeros de cuarto grado de la primaria Víctor Díaz Oroquieta quieren aprender los toques. A veces en el aula no controla las manos y en la mesa produce alguna conguita. “La profe me regaña, pero está muy feliz conmigo”. De todas formas la disciplina en cualquier lugar es imprescindible.
Mujeres percusinistas
La percusión constituye un elemento importante en el desarrollo insular de la manifestación. Entre los instrumentos que inciden en el sonido de nuestro país sobresalen los tambores que, en general, tienen una representación medular en la música afrolatinoamericana.
En las escuelas de Arte enseñan a tocar los útiles clásicos como el xilófono y el tímpano, pero el influjo folclórico define muchas proyecciones del cubano actual, irresistiblemente seducido por los toques del batá de la religión Yoruba, los timbales, la conga, las claves y el bongó.
La esencia machista de la sociedad rechaza en disímiles ocasiones las capacidades de la mujer cuando intenta “robarle” protagonismo. La percusión suele verse como un ejercicio muy masculino. De ese sexo la Isla cuenta con prominentes figuras como Los Muñequitos de Matanzas, Los Papines y el fallecido Tata Güines, el más famoso de Cuba que ensalzó la tumbadora.
Sus cualidades artísticas validaron la nominación al premio Grammy de los discos La rumba soy yo, Lágrimas negras y Cuban odyssey, donde participó. Silverio recuerda a Teresa Thondike o a “Damaris”, su primera maestra de percusión, fémina que en la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba ejecuta el xilófono y el tímpano. Conoció a una santiaguera que tocaba batá y también distingue el desafío de las Anacaonas. “Ese ejercicio no desluce a la mujer, al contrario, le permite mostrar su ritmo y sabor, además de su virtud de asumir los retos”.
El instructor atiende a 20 niños de varias comunidades. Formó dos grupos, el Clave Sonora y el LP (por la familia de lata y percusión). Disfruta haber reactivado a sus muchachos, sobre todo los de familias disfuncionales. También integran la tropa la marímbula, el bongó, las claves, las maracas, la tumbadora, el cencerro.
Ya montó un guaguancó con Sábanas blancas, tema de Gerardo Alfonso, para el próximo Festival de la Danza. También prepara la conga camagüeyana con variaciones por la ausencia de instrumentos y con la combinación del baile de la chancleta. En estos momentos afirma haber encontrado en Shakira a alguien especial.
“Sí, porque ha sido la única niña que he tenido. Somos como padre e hija. En ella he visto amor. Cuando actúa veo mi trabajo y me pongo contento por la asimilación de la gente”. Para ser percusionista se necesita talento y tal condición sigue siendo un misterio, al menos eso afirma Nelson cuando habla del “duende interno que permite a la persona traducir en sonoridad lo que siente y crea en la mente”.
Catadores muy expertos ponen a prueba a Shakira en los exámenes de aptitud para ingresar a la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero. Desde el otro lado, el público sensible ya dio su visto bueno. Entretanto, Shakira continúa sus ensayos porque “hay que esforzarse bastante para lograr las cosas, sobre todo en la percusión.” No sólo a los ojos de su mamá luce preciosa, porque es una niña agraciada, larga al hablar, inteligente y con vocación.
Esta semana la vieron sus vecinos haciendo vibrar una tumbadora en el centro del reparto Edén, donde vive junto a Carmen Soto, la madre y descubridora por excelencia desde su proyecto Carsueño. Lleva un lustro incentivando en la comunidad el interés por las manifestaciones artísticas. Allí exhibieron el martes 18 de marzo la galería móvil, actividad colateral del XVI Salón Provincial de Instructores de Arte, cuyas obras lucirá la galería del Centro de Casas de Cultura hasta mediados de abril.
A la joyita del Edén no pocos vaticinan un futuro espléndido. Desde un simplísimo ejemplo y en apariencia intrascendente, ella también defiende el instinto que merece desarrollar.
La reportera alude al repiqueteo que estimula la espalda de papá cuando ella viaja en la parrilla de la bicicleta. “Va tocando a medida que se alejan. En ningún momento deja de mover las manos —cuenta Silverio emocionado, al tiempo que con el puño derecho cerrado da unos golpecitos en su pecho, del lado del corazón—, porque como decimos nosotros, Shakira tiene bomba”.
Fuente-Adelante.cu
